Los bosques eran preciosos, al menos para una elfa como yo. Pese a todo, yo llevaba una espada y un escudo, colgados en la espalda, y un gorro verde en la cabeza. Mi cabello rubio ondeaba con tranquilidad a cada paso que daba.
Me senté en una piedra, estaba harta de Andar por allá, un poco perdida. Pillé a Loulou con la mano y la acerqué a mi cara, alcancé a ver sus rasgos brillantes.-Tu. eres. idiota.-le espeté, ella me guiaba solo por que según ella era "un ser puro". Resoplé ante su contestación y la liberé.